Son múltiples las propiedades de la miel. No solo al consumirla, también se utiliza en gran variedad de tratamientos de belleza y aplicaciones medicinales. La miel y el invierno.
Pero en invierno, cuando hace tanto frío la miel se convierte en un producto indispensable para mantener nuestra salud a raya.
La miel es buena para proteger el hígado de medicamentos y de una alimentación desequilibrada. Además, previene fatigas y ataca el estrés. Respecto a nuestro sistema respiratorio, la miel con limón es el mejor remedio para curar los problemas de garganta y tos. Por otro lado, previene el estreñimiento, regulando el tránsito intestinal.
Aplicada externamente la miel suaviza nuestra piel y mejora su estado general, la hidrata, combate el acné y el envejecimiento prematuro. Son infinitas las recetas naturales con miel que mezcladas con otros alimentos sirven para hidratar y regenerar nuestra piel.
Poderes curativos de la miel
Entre los poderes curativos de la miel: antiséptico, vigorizante, calmante, laxante, diurético y bactericida, entre otras aplicaciones terapéuticas. Además, resulta ideal para desinfectar heridas.
También debemos destacar que es un estimulante del sistema inmunitario. Mejora la función cerebral y reduce el estrés metabólico.
Supone una extraordinaria fuente de energía, así que en periodos bajos de defensas como nos ocurre en invierno, se convierte en un alimento fundamental en nuestra dieta.
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